¿Es 2022 el año en que deberías cambiar los rótulos de tu negocio? Quizá sí, si has cambiado de imagen corporativa (nombre, logo, datos que se muestran como teléfono o página web…) o si has detectado algún problema funcional en tu rótulo: un gasto excesivo de luz si no cuenta con iluminación led, poca legibilidad, etc. ¿O quizá eres de los valientes que están pensando en iniciar un negocio y necesitas inspiración? En este post te damos algunas de las ideas para letreros que mejor funcionan.
Uno de los factores que más condicionan que un rótulo comercial funcione o no es el logo. Si estás buscando ideas para letreros pero aún no tienes el logo, recuerda que debe tener versiones para diferentes tipos de soporte: a tu web, a los perfiles en redes sociales, a tus tarjetas de visita, a tu merchandising si lo tienes… y también a tu rótulo. Por ejemplo, un logo excesivamente alargado probablemente no quedará bien en un rótulo cuadrado, y un logo muy complejo puede no quedar bien en un rótulo pequeño. Los colores también importan: dependiendo del color del logo, habrá que poner un fondo de un color u otro, y será más o menos legible.
Además, el nombre del negocio importa en el logo que irá en un rótulo: si es excesivamente largo y no hace referencia a la actividad del negocio puede no quedar espacio para poner esa referencia. Por ejemplo, si tienes una tienda de lanas que se llama “El rincón de Berta” y en el logo aparece ese nombre, si ese logo es muy grande no dejará espacio suficiente para lo que realmente a un nuevo cliente le interesa ver, que se trata de una tienda de lanas.
Lo ideal es que nuestra marca tenga un nombre corto, fácil de pronunciar y de recordar, y si es posible que haga referencia a lo que hacemos, y cuando pidamos el diseño de un logo nos aseguremos de disponer de versiones para diferentes usos: horizontal y alargado para web, cuadrado para perfiles en redes sociales, en color claro y en color oscuro para combinarlo con fondos claros u oscuros, etc. Además, cuanto más minimalista, mejor: si optamos por figuras muy elaboradas es más fácil que las imprentas incurran en errores y serán complicados de descifrar en soportes pequeños.
Si ya tenemos el logo, entonces lo ideal es contactar con el diseñador que lo hizo (u otro que pueda hacerse cargo) para que haga una adaptación al tamaño, proporciones y material del rótulo. Saltarnos este paso puede comportar que el letrero no de una buena imagen de nuestro negocio y nos perjudique más que ayude.
Es nuestra primera opción porque es la decisión menos arriesgada a nivel de imagen y la que requiere un presupuesto menor. Si no podemos o no queremos hacer una gran inversión en un diseñador con buen gusto para nuestro rótulo, lo mejor es no complicarse la vida y dejar un buen sabor de boca sin aspirar a despertar grandes admiraciones.
Un rótulo de caja de lona con iluminación interior o un panel de metacrilato con iluminación frontal de leds es una apuesta segura. Se puede optar por colores clásicos en la tipografía (negro, azul marino, rojo) o el mismo color que el logo con un fondo blanco o negro y mostrar el nombre del negocio y una pequeña descripción de lo que hacemos, sin eslóganes ni información secundaria.
Esta idea sirve para cualquier tipo de negocio, desde una carnicería hasta una inmobiliaria, con un objetivo muy simple: no ser cutre. Puede parecer poco ambicioso, pero por experiencia sabemos que renunciar a nuestras sobrevenidas dotes artísticas y de diseño para optar por lo que funciona seguro es realmente un reto porque no es tarea fácil.
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Ya hace mucho que la nostalgia vende, nos recuerda lo que vivimos, lo que vemos en las películas ambientadas décadas atrás. Existen además infinitas posibilidades, en madera, en neón, en aluminio… Casa muy bien con una estética industrial, pudiendo combinar ambos estilos en la decoración interior. Ahora bien, no nos dejemos llevar, porque entonces no parecerá hecho adrede sino que simplemente hemos hecho un mejunje con todo lo que hemos visto que nos gusta. Lo mejor es que un diseñador con buen gusto nos haga la composición.
Lo retro queda bien para los negocios que tienen que ver con las tendencias, como las barberías, las tiendas de ropa, las tiendas de bisutería, las librerías, las cafeterías, etc., que deberán presentar una coherencia en el resto de su imagen corporativa, como su decoración interior. No tiene sentido en negocios donde la nostalgia no sea un valor (una inmobiliaria, un estudio de arquitectura, un veterinario…), por mucho que nos guste el estilo.
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Hay casos en los que un letrero hecho a mano o con una estética que lo simule puede quedar bien. Normalmente implica materiales como la madera o el hierro forjado. Se trata de dar una sensación de antigüedad, de arraigo a la tierra, por lo que no se puede combinar con cualquier iluminación si la ponemos, normalmente quedará bien una iluminación tenue, frontal, la iluminación en halo puede dar un aire de modernidad que no sea coherente con el mensaje de fondo.
Este tipo de letreros pueden ser adecuados para negocios como un herbolario, una frutería, una panadería, una carpintería u otros negocios relacionados con los trabajos manuales o la naturaleza y la agricultura.
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Se trata de una apuesta arriesgada porque es la que tiene una narrativa más explícita, pero puede quedar bien en negocios que tengan que ver con la imagen, desde peluquerías o salones de estética hasta tiendas de moda o locales dedicados a la industria audiovisual, como los estudios fotográficos.
También se pueden añadir otros elementos que contrasten, adecuado para negocios que tengan mercancía rotativa o estacional porque podremos cambiar las letras según convenga.
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Apostar por una estética industrial está a medio camino entre el minimalismo y lo vintage, y es una buena idea en negocios que se encuentran en polígonos industriales o que tienen elementos estructurales que combinen, como paredes de ladrillo visto, yesos desgastados, contrachapados metálicos, etc. Podemos optar por tipografías con ese carácter, como las que tienen signos de desgaste, o manuscritas con iluminación de neón, etc. Recordemos que el neón ya no se usa, se trata de una imitación con iluminación led que es mucho menos contaminante y que gasta menos energía.
Esta alternativa queda bien en negocios que dan protagonismo al propio espacio, independientemente de lo que ofrezcan, como coworkings, cafeterías, estudios de arquitectura, etc.
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Hasta ahora hemos descrito tendencias que hacen de un rótulo un elemento de identidad corporativa discreto, que identifique el negocio y llame la atención sin ser chillón. Pero hay algunos negocios en los que está justificado ser hasta cierto punto hortera, para atraer a un público amigo de lo llamativo, como los niños. En este caso nos podemos permitir licencias de diseño o incluso recurrir a una cierta autoparodia, con mensajes en el rótulo como la mejor tienda de chucherías del mundo. Aquí podremos dar rienda suelta a la iluminación, a todos los colores y formas posibles e incluso efectos, como los destellos.
Esto funciona con tiendas de juguetes, de chucherías o atracciones como un chiquipark. En otros tipos de negocio precisamente se nos catalogará de horteras o infantiles si usamos este recurso.
Se trata de rótulos adecuados para una gran cantidad de negocios, especialmente los del sector servicios, que quieren distinguirse con un toque elegante. Se trata de letras corpóreas, es decir, en volumen, que pueden iluminarse de muchas maneras, incluyendo combinaciones de varias: frontal, interna, en halo, etc. Hay que tener presente que la tipografía que funcionará mejor en estos casos es la sobria, ya que las que tienen demasiados remates o adornos son difíciles de fabricar, son más caras y pueden no quedar bien. Lo ideal son las fuentes sin serifa (tipo Helvetica, Arial, Open Sans, Roboto, etc.), como las que están de moda en 2022, recopiladas en este post.
Algunas empresas que recurren a este tipo de logos son las consultorías, las tiendas de informática, las clínicas, las ópticas, las inmobiliarias, etc.
¿Vendes bicicletas? Probablemente tu logo incorpora algún componente de una bicicleta en su diseño. Pero quizá puedes, además, permitirte más licencias en tu rótulo. ¿Por qué no poner, directamente, una bicicleta? Sí, tal como suena. Ojo, no todas las normativas de rótulos municipales lo permiten. Algunos ejemplos de esta idea los mostramos a continuación, para que veas cómo se vería incorporada a tu rótulo de fachada:
Eso sí, por mucho que se haya puesto de moda usar objetos como reclamo, usarlos de forma gratuita puede no entenderse. Poner una bicicleta en una pescadería no tiene mucho sentido: ahorrémonos el espacio que ocupa y concentrémonos en vender nuestro pescado. Lo mismo ocurre con quienes incorporan máquinas de coser antiguas a su escaparate, máquinas de escribir o televisores de madera.
Con el auge del precio de la luz, un negocio en auge son las lavanderías, que permiten coladas más grandes a un precio razonable. Para sus rótulos podemos optar por lo minimalista, pero también nos podemos permitir lo retro, lo industrial o lo explícitamente hortera. ¿Por qué? El lavado de ropa es una actividad explícitamente industrial, que se lleva a cabo con maquinaria industrial, pero además necesita llamar mucho la atención porque la necesidad que satisface todavía no está generalizada y necesita darse a conocer. Podemos, por lo tanto, incluir letreros de neón, incluso de varios colores, imitando los clásicos de los EEUU de los años 80 y 90, para transmitir la idea del negocio «que nunca duerme».
The Laundromat that never Sleeps. NY #FontSunday #launderette @manderjee @DesignMuseum pic.twitter.com/CwtqSS8j7w
— Patrick Myles (@Patrick_Myles) September 30, 2018
Se puede redondear el diseño con una tipografía de tipo industrial o con un fondo de ladrillos o un contrachapado metálico.
Últimamente es difícil caminar dos manzanas sin encontrarnos al menos un salón de manicuras. Recurrir a motivos florales (como el típico nenúfar) y la estética mística (el budismo, el yoga) está ya muy trillado en los rótulos, y no nos va a diferenciar de la competencia. Podemos, en cambio, poner en valor los colores asociados a las manicuras usando tonos rosas y blancos (como los que vemos en una manicura francesa tradicional), rojos, etc., y optar por tipografías manuscritas al ser un servicio artesanal. Podemos ser elegantes y alegres a la vez, con rótulos como este:
Si nuestro local tiene muchas cristaleras que dan a la calle, también podemos poner un vinilo que ejerza como rótulo.